No tardaron en llegar a la tienda.
En el autobús Daniel se entretuvo jugando con el móvil de su padre. La parada
estaba cerca de la tienda tal y como Jaime le había dicho a su hijo. Al entrar
vieron a un hombre entrado en años que ojeaba un gran libro junto a una vieja
librería. Baltasar, el dueño de la tienda se volvió hacia ellos con una gran
sonrisa al tiempo que se bajaba un poco las gafas sobre la nariz para mirarlos.
-Buenas tardes caballeros. ¿En qué
puedo ayudarles?
-Hola, estaba buscando un libro, se
trata de un libro infantil.
Baltasar volvió a dejar el tomo que
tenía en las manos en su sitio y se dirigió a una mesa de escritorio donde
había un archivador. Allí estaba sentada en una niña pequeña. Estaba doblando
papelitos y haciendo un pequeño montoncito con ellos. La niña levantó la vista
y vio a Daniel, que estaba mirando las estanterías con curiosidad.
-Julia, ¿por qué no haces compañía a
ese niño tan simpático mientras yo busco un libro para este señor?
La niña se levantó de un salto y muy
sonriente se acercó a Daniel.
-¡Hola! Me llamo Julia y todo esto
es de mi abuelo-. Daniel se sonrojó un poco y le dijo su nombre en voz muy
bajita.
-¿Esto qué es?- Preguntó el niño
señalando un objeto que estaba en una estantería.
Julia se encogió de hombros. -No lo
sé, pero cuando no sé para qué sirve algo me lo invento. A esa cosa la llamo el
recogevuelos. Sirve para coger el polvo de las hadas y luego poder volar.-
Daniel estaba seguro que no servía para eso, pero no le dijo nada.
-¿Vais a comprar algo?
-Mi papá quiere regalarme un libro.
-Yo sé donde hay muchos libros
fenomenales, ven, te lo enseño-. Cogió a Daniel de la mano y lo llevo hacia una
librería enorme al final de la sala.
Jaime los siguió con la mirada y le
dio a Baltasar el nombre del libro.
-Creo que era un nombre corto,
Bombilfo o algo muy similar. Se trata de un libro infantil, cuando yo lo leí ya
era viejo, de mi tío, supongo que es una edición muy antigua. Siento no tener
más datos.
-Bueno, no se preocupe, buscaremos
por el nombre en primer lugar. Siéntese por favor-. Baltasar se inclinó sobre
el archivador y fue revisando fichas.
Al fondo del local los dos niños
miraban lomos de libros mientras Julia le iba contando a Daniel cuales le
gustaban. Ella apenas podía leer la mayoría, pero las ilustraciones y las
portadas la fascinaban. Cogió uno y lo sacó de la estantería.
-Mira, este es uno de los que más me
gustan, mira que señor más divertido hay dibujado-. En la portada se podía ver
a un señor muy delgado y altísimo, con bigote y un sombrero de copa. Era tan
alto que no casi cabía en el dibujo y tenía que andar agachado. A Daniel le
hizo mucha gracia y Julia y él rieron con ganas.
-Papá papá! Cómprame este libro por
favor-. Daniel le dejo a su padre el tomo sobre la mesa. Jaime miró la portada
y se quedó boquiabierto. En letras muy grandes de color amarillo se leía “Las
aventuras de Bombilfo”.
Baltasar sonrió
mientras miraba el libro sobre la mesa.
FIN
Este relato es un ejercicio del taller literario "Montame una escena" organizado en http://www.literautas.com/es/blog/
Partiendo de este texto pretendo hacer un relato más largo y contar la historia tal y como surgió en mi cabeza.